¿Por qué pensamos distinto?
Los seres humanos estamos dotados de muchísimas cualidades que nos
ubican en el mundo, como individuos superiores a cualquier vida en el
planeta. Hablamos, reímos, soñamos, disfrutamos, pero sobre todo
pensamos. Y pensar es una cualidad que nadie puede omitir, que nadie
puede ignorar; porque hasta los que tienen alguna enfermedad de la
psiquis, también piensan, sólo que lo hacen a su modo, y desde un
plano realista diferente. Pero si bien es cierto que todos tenemos la
fortuna de pensar, no todos pensamos igual. Podemos estar observando
la misma escena, desde un mismo lugar, con las mismas condiciones
climáticas, temporales y anímicas que se pudieren; sin embargo, la
opinión y el análisis que surgen de los observadores, (con toda
seguridad) serían diferentes. Esto origina una pregunta inexorable,
¿Qué nos hace pensar distinto? Algunos estudiosos de la materia,
nos han propuesto “la individualidad” cuya esencia se presenta en
la vida misma, cuando por alguna fuerza sobrenatural se origina.
Ese instinto que posee cada uno de los espermatozoides de un semen
humano, de alcanzar el óvulo materno, esa insistencia por querer ser
el primero en estar dentro, me hace reflexionar que el pensar,
pudiera estar en conexión con el instinto. Es decir, los seres
humanos pensamos por instinto, o podemos decirlo de otra manera,
poseemos el instinto de pensar. Ahora, este instinto nace,
simultáneamente con la vida y se va desarrollando tal como se
desarrolla su ayo, que es el cerebro. Si la vida es individual, si
los instintos son individuales y los cerebros son individuales,
entonces los pensamientos también lo serán. Este sería el camino
más fácil de explicarlo, pero sobre este camino inciden otros
factores que influyen notablemente en la unilateralidad de los
pensamientos.
El primero de ellos sería el “entorno y la formación”. Aún
cuando alguien piense que estos factores deberían tratarse por
separado, los estudiosos de la pedagogía (que es la ciencia que
estudia el proceso de enseñanza y el proceso de aprendizaje en
niños) opinan que el entorno y formación deben estar siempre de la
mano, porque sencillamente el entorno es parte de la formación y se
caracteriza por lo que es tangible e intangible que rodea al
individuo. Pudiéramos dar algunos ejemplos para comparar lo
expuesto, en el plano real o social. Tendríamos el caso de una
familia de bajos recursos, de tres hijos y dos hijas. Éstos criados
con padre y madre presentes en todos los momentos de sus vidas. Son
tratados de la misma manera, sus consejos fueron los mismos, se les
compraron las mismas cosas (calzados, ropas, comidas, etc.) se
pudiera determinar que tendrían el mismo entorno y la misma
formación, pero no es exactamente así. Si fuésemos un poco más
exigentes en el ejemplo y comenzáramos a exagerar, proponiendo que
tuvieran los mismos maestros de escuela, que vistieran de la misma
manera, que todos fueran quintillizos, que tuvieran el mismo nombre y
que se les cortara el pelo del mismo modo. Aun así sus pensamientos
fueran diferentes, creo que es por aquello de la “individualidad”
que está presente en el plano mental de los seres humanos. Allí se
explica cómo hay familias que tienen características parecidas a
las mencionadas y cada hijo o hija se dirige por un camino diferente.
A veces, existen casos muy particulares, como hijos que llegan a ser
muy buenos profesionales y sus hermanos delincuentes.
Estos factores de la formación y el entorno, aún cuando son influyentes,
no incide en la individualidad del pensamiento. Pereciera que hubiera
algo más allá de lo natural, que nos habilita para pensar diferente
y observar la misma escena desde otra perspectiva.
Con la multiplicidad de criterios acerca de un mismo concepto, se han
generado innumerables doctrinas políticas, una enorme cantidad de
religiones y un mundo de visiones filosóficas; que por bien o por
mal enriquecen la intelectualidad del ser humano. Así que, el pensar
distinto no debe ser una ofensa para nadie, ni un motivo de
exclusión, para alejarse de una sociedad compleja, rica de
cosmovisiones y de amplia filosofía; más bien debe ser un argumento
para ser parte de este mundo divergente, controversial y polémico.
Porque sin duda, si no existiera la variedad de criterios y si todos
pensáramos igual ¿qué monótono y banal sería este mundo; no
tendríamos científicos, ni religiones a nuestros gustos.
Continuará…
Erick Klein Sanabria.
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